Durante la tarde del sábado pasado, la Defensora General de la Nación, Dra. Stella Maris Martínez, recibió el premio “Padre Daniel de la Sierra”, en reconocimiento a su compromiso con el fortalecimiento de la defensa pública para garantizar el acceso a la justicia y los derechos humanos. La emotiva ceremonia de entrega del reconocimiento la encabezó el Padre Lorenzo “Toto” de Vedia en la Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé de la Villa 21 – 24, barrio de Barracas.
El párroco recordó que “el Padre Daniel fue un inmigrante español, que formó parte del primer equipo de ‘curas villeros’ liderado por la figura del Padre Carlos Mugica y se opuso a las topadoras de la dictadura que intentaron erradicar los barrios más pobres por la fuerza. Como diría Bergoglio, Daniel se puso la patria al hombro formando cooperativas de vivienda que permitieron el progreso social de muchas personas de los barrios donde misionaba.”
Previo a la entregar del premio, el cura se refirió a la Dra. Martínez: “estamos hablando de una persona comprometida con la defensa pública en un país en el que el pueblo necesita ser defendido, ella lo hace desde su cargo de Defensora General de la Nación, promoviendo una defensa activa, protagónica, cercana al pueblo, en defensa a los derechos humanos y del acceso a la justicia, como lo demuestran desde hace años los compañeros del Equipo Acceder.”
La titular del Ministerio Público de la Defensa (MPD) agradeció al Padre Toto y recordó: “en mi juventud me formé en la Iglesia Santa Cruz, la Iglesia de los mártires de Santa Cruz, allí pude conocer el verdadero mensaje del Evangelio y esas enseñanzas me definieron a trabajar siempre por los pobres y por las personas a las que injustamente les privan sus derechos.” “Para mí es un honor inmenso recibir este reconocimiento, porque Daniel de la Sierra representa lo que tenemos que hacer todos nosotros: cuando nos quieren avasallar, cuando nos quieren quitar derechos hay que poner el pecho”, sostuvo.
También recibió el mismo reconocimiento, por su compromiso con la defensa de los derechos humanos y sociales, el Secretario General de la Unión de Empleados de la Justicia Nacional (UEJN) Julio Piumato. Asimismo, fueron galardonados/as representantes de la comunidad de la Parroquia de San José de Temperley y el grupo de Misioneras de Caacupé.
La Parroquia de Caacupé instituyó el premio como una manera de hacer memoria de la vida y compromiso del Padre Daniel. Por eso, cada año, a fines de octubre, se reconoce a personas públicas, instituciones y grupos de la comunidad por su trabajo y compromiso con los valores que él promovió y defendió.
La actividad fue la conclusión de una jornada denominada “Los caminos del Padre Daniel de la Sierra”, que se desarrolló bajo la consigna “Por los pobres enfrento al poder” e incluyó también otras ceremonias que tuvieron lugar en distintas parroquias de CABA y del Gran Buenos Aires y un festival solidario, entre otras actividades.
El vínculo entre el MPD y la Parroquia
La relación entre el MPD y la Virgen de los Milagros de Caacupé se basa en el servicio de atención de problemáticas judiciales que el Equipo Acceder de la DGN brinda a la comunidad del barrio donde se encuentra emplazada. Además, forman parte de ese vínculo dos convenios que tienen el propósito de lograr la reinserción social y facilitar el acceso a la justicia.
Uno de ellos es el convenio de colaboración firmado entre la DGN, UEJN y la Unión de Obreros de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), que dio lugar a la creación del Proyecto Dimas. Esa iniciativa tiene el fin de acompañar a personas asistidas por el MPD, especialmente a jóvenes en conflicto con la ley penal por delitos leves, para promover su proceso de reinserción social procurando evitar el ingreso al sistema penitenciario.
La Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé es una de las que facilitan sus instalaciones para que los/as asistidos/as por el MPD que atraviesan un proceso de suspensión de juicio a prueba concurran a participar de cursos de formación laboral/profesional organizados por los sindicatos y a desarrollar tareas comunitarias en el ámbito de su comunidad barrial.
El otro convenio es el que dio lugar al Proyecto Puentes, en el que el MPD junto a la UEJN y la Familia Grande del Hogar de Cristo establecieron un mecanismo de intercambio, consulta y/o derivación de casos. A través de ese proyecto, la federación de Centros Barriales procura ubicar en territorio a los/as asistidos/as del MPD que hayan perdido contacto con su defensa para lograr su re vinculación.