El pasado 5 de febrero comenzó el juicio en el que se acusa al ex Senador Nacional José Jorge Alperovich de haber cometido nueve hechos de abuso sexual, algunos con acceso carnal y otros gravemente ultrajantes, contra la Sra. M.F.L., quien era su secretaria privada y tiene un vínculo familiar con el acusado.
La Defensoría General de la Nación (DGN) interviene como querellante en el proceso a través del Dr. Pablo Rovatti, Defensor Público Coadyuvante a cargo del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos. El funcionario apoderado de la víctima será acompañado en la tarea por la Dra. Carolina Cymerman.
El caso tramita en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal Nº29, que se compone de forma unipersonal por el Dr. Juan M. Ramos Padilla. Por su parte, el Ministerio Público Fiscal (MPF) está representado por el Dr. Sandro Abraldes. En la etapa de instrucción intervino el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº35.
La primera audiencia
Previo al inició de la primera jornada del proceso oral, el juez había dispuesto la publicidad del debate, pero, por pedido de la querella y de la fiscalía, se exceptuó a la declaración de la víctima de esa medida de dar difusión.
El primer paso de la jornada fue la lectura de los requerimientos de elevación a juicio del MPF y de la querella. A continuación, el acusado expresó que, por consejo de sus abogados, brindará su declaración indagatoria al finalizar el debate. Asimismo, Alperovich le requirió al presidente del tribunal que preste atención a todas las pruebas que obran en la causa, que demostrarían su inocencia. Luego se leyó la declaración que el acusado prestó en la etapa investigativa, donde, en sustancia, alegó que la denuncia y el proceso en su contra se tratarían de un complot urdido para desprestigiarlo familiar, social y políticamente.
Finalmente, a puertas cerradas y sin acceso a la prensa, la víctima, que cursa un embarazo de ocho meses y viajó desde Tucumán para estar presente en el juicio, también brindó su testimonio, que se extendió durante alrededor de seis horas.
M.F.L. declaró con entereza los hechos que la damnificaron y explicó con detalle nueve episodios de abuso sexual, la mayoría de ellos con acceso carnal. La víctima se posicionó como una sobreviviente y respondió con seriedad y serenidad cada una de las preguntas efectuadas por las partes. Relató cómo llevó adelante un arduo proceso de fortalecimiento que le permitió develar los sucesos padecidos y así formular la denuncia en noviembre de 2019. En este sentido, dijo que aguantó hasta que su cuerpo no pudo tolerarlo más: había bajado 10 kilos, perdía pelo y se le quebraban las uñas. Según dijo, todo eso la ayudó a darse cuenta de que no podía seguir en silencio. El único momento de quiebre emocional de su declaración sucedió cuando le preguntaron si, luego de lo sufrido, logró reponerse, retomar su vida y sus proyectos. M.F.L., conmovida, dijo que sí, “a pesar de todo”, y que no podía permitirse que Alperovich también destruyera su futuro.
En el marco de esta declaración, la querella también exhibió algunas de las comunicaciones mantenidas entre la víctima y el imputado. Entre ellas, se leyeron mensajes de Alperovich en los cuales le decía cosas como “te amo mucho”, “sos mi dueña” o “mi vida podrías ser un poquito más cariñosa”. Tanto a partir de la exhibición de los chats como del testimonio de M.F.L., quedó en evidencia cómo, frente a estos repetidos avances, ella procuraba reconducir las conversaciones al ámbito estrictamente laboral.
Los hechos
En el marco de los hechos que se juzgan, el primer contacto entre M.F.L. y Alperovich se dio el 11 de octubre de 2017. M.F.L., que se desempeñaba en el área de Ceremonial y Protocolo del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Tucumán, asistió a un acto de campaña de Osvaldo Jaldo (actual gobernador de la provincia), quien entonces se postulaba para ser electo como Diputado Nacional. Allí, Alperovich (primo de D.L., padre ya fallecido de la víctima), que en ese momento era Senador Nacional, se encontró con M.F.L. Al día siguiente, el ahora acusado, a través de un tío de ella que colaboraba con él, le propuso a quien sería su víctima sumarse a su equipo de trabajo.
Posteriormente, en noviembre de 2017, M.F.L. fue a la casa de Alperovich para entrevistarse con él y al mes siguiente decidió dejar su trabajo anterior, entusiasmada por la idea de trabajar con parte de su familia y con quien había sido el Gobernador de la provincia de Tucumán durante muchos años.
M.F.L. asumió la tarea de secretaria privada y asistente personal de Alperovich, quien se habría aprovechado de ese contexto de confianza, afecto familiar, dependencia laboral y asimetría de poder para perpetrar los hechos de abuso sexual que se le endilgan. Producto de esos reiterados y violentos ataques sexuales, la víctima sufrió graves secuelas psíquicas y físicas, incluso en sus genitales. Esas consecuencias traumáticas e irreparables la perjudicaron en el desarrollo de su vida y la humillación y el miedo, basados en el poder y la impunidad que detentaba el acusado, impidieron que ella denunciase lo ocurrido de manera temprana.
En su pedido de elevación a juicio, la querella solicitó al juzgado que la valoración de la prueba se realice evitando aplicar estereotipos de género y considerando los estándares mínimos que, de acuerdo con el derecho internacional y doméstico, deben ser aplicados a los casos de esta naturaleza, con el propósito de no afectar el principio de igualdad y no discriminación y el acceso a la justicia. En ese sentido, en consonancia con lo sostenido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la DGN planteó que en casos de violencia sexual la declaración de la víctima constituye una prueba fundamental sobre el hecho.
“El relato de la víctima no sólo resulta contundente, sino que además se encuentra plagado de sentimientos desgarradores y de la impotencia producto de sentir que no tenía opciones y no podía obtener ayuda”, describe en ese documento.
La querella también aportó declaraciones de quienes conocieron lo vivenciado por la denunciante y de profesionales que constataron los padecimientos sufridos y reflejados en su integridad psicofísica; asimismo, incluyó información sobre el modo en que el agresor se vinculaba con la víctima y con otras mujeres.
El descargo del acusado
Con argumentos contradictorios, Alperovich negó los hechos y expresó que la causa constituye una denuncia falsa originada en una campaña sucia armada en su contra. Además, la defensa del acusado se apoyó en la valoración que su profesional de parte hizo de la pericia producida por el Cuerpo Médico Forense. De manera posterior, la integrante de ese Cuerpo calificó a dicha valoración de carente de rigor científico y plagada de prejuicios y estereotipos. La perita del acusado presenció la entrevista con la víctima, sin embargo, en esa ocasión no formuló preguntas ni elaboró un informe a partir de sus observaciones.
El Programa de la DGN
El Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos de la DGN tiene el objetivo de garantizar el acceso igualitario y efectivo a la justicia y los derechos al asesoramiento, asistencia y representación de las víctimas de delitos, tal como recomiendan los instrumentos internacionales de derechos humanos que cuentan con jerarquía constitucional, y en cumplimiento con la ley 27.372 de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos.
Esta dependencia brinda patrocinio gratuito a partir de evaluar en cada caso la situación de vulnerabilidad que atraviesan las víctimas y la especial gravedad del hecho investigado. Para ello, se contempla, entre otros factores, el bien jurídico afectado, la magnitud del daño causado, la complejidad en la investigación de los hechos, la existencia de patrones de impunidad, la intervención por acción u omisión de funcionarios estatales y la trascendencia institucional de los hechos denunciados.
Servicios del MPD para la atención de situaciones de violencia de género
Si te encontrás en situación de violencia de género, podés acercar tu caso a los equipos de abogados/as del Ministerio Público de la Defensa (MPD) que actúan ante los fueros Civil, Comercial y del Trabajo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
También podés dirigirte al “Equipo de Trabajo en Centros de Acceso a la Justicia-ACCEDER”, que realiza el abordaje de la temática a partir de la detección temprana de casos en el territorio en CABA.
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