La jueza de la Corte Suprema de Justicia de EE.UU. Ruth Bader Ginsburg murió de cáncer el pasado viernes a los 87 años.
Nacida en Brooklyn, Ginsburg fue designada en 1993 por el presidente Bill Clinton y se convirtió en la segunda mujer en ser magistrada del máximo tribunal. Durante los últimos años se desempeñó como la integrante más importante del ala liberal de la Corte, con votos progresistas sobre los temas sociales más controvertidos del momento, incluidos los derechos al aborto, al voto, a la atención médica, al matrimonio entre personas del mismo sexo, la inmigración, entre otros.
A lo largo de su carrera logró abrirse camino en una era en la cual las mujeres enfrentaron obstáculos que ella luchó por derrumbar para las generaciones futuras y ello la convirtió en una heroína del movimiento feminista y el progresismo de Estados Unidos y el mundo.
Además, en su trayectoria, desarrolló un estatus de estrella de rock y fue apodada «Notorious R.B.G.». De hecho, cuando participaba en eventos por todo el país, era recibida con ovaciones y hablaba sobre su visión de la ley, su famosa rutina de ejercicios y sus usualmente destacados disensos. En 2018 su vida fue retratada en dos producciones cinematográficas: el documental conocido con sus siglas, "RBG", y "On the basis of sex", una película de drama biográfico centrada en el trabajo de Ginsburg para acabar con la discriminación de género.
Algunos de sus votos emblemáticos
Mientras estuvo en la Corte fue muy conocida por la opinión que escribió en el caso EE.UU. vs. Virginia (1996). En esta decisión el máximo tribunal señaló que la política de admisión solo para hombres en el Instituto Militar de Virginia, financiado por el estado, era inconstitucional por su exclusión de las mujeres.
En 2015, fue Ginsburg quien lideró el bloque liberal de la Corte que votó a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, con el quinto voto crítico del juez Anthony Kennedy.
En 2016, también integró el voto de la mayoría en el fallo por 5 votos contra 3 en Whole Woman’s Health v. Hellerstedt, el mayor caso de derecho al aborto desde Roe v. Wade, que imponía enormes restricciones a los proveedores de abortos en el país.
Entonces, escribió: “Esta ley (la HB2) no protegerá genuinamente la salud de las mujeres. Cuando un estado limita el acceso a abortos seguros y legales, las mujeres se ven en situaciones desesperadas que ponen en riesgo su salud y seguridad”.
Los disensos
Nunca dudó en decir lo que pensaba y su contundente frase “yo disiento” se convirtió en parte de su legado como un ícono popular.
Parte del reconocimiento que tenía Ginsburg provino de sus disidencias en casos clave resueltos por la Corte Suprema norteamericana, los cuales a menudo estuvieron relacionados con derechos civiles.
En 2007, la Corte Suprema decidió un caso sobre Lilly Ledbetter, quien trabajó como supervisora en una planta de llantas de Goodyear en Alabama. Cerca del final de su carrera, Ledbetter descubrió una disparidad salarial entre su sueldo y los de sus compañeros hombres. Entonces, presentó una demanda argumentando que había recibido un salario bajo discriminatorio por su sexo en violación de la ley federal. La mayoría de la Corte falló en contra de Ledbetter, dictaminando que había presentado sus quejas demasiado tarde. Sin embargo, Ginsburg no estuvo de acuerdo con ese razonamiento.
"La insistencia de la Corte en una competencia inmediata pasa por alto las características comunes de la discriminación salarial", escribió Ginsburg. También instó al Congreso a abordar el tema, que finalmente lo hizo en 2009.
Finalmente, en julio de 2019, Ginsburg presentó otro feroz disenso cuando la mayoría conservadora permitió que el gobierno de Trump ampliara las exenciones para los empleadores que tienen objeciones religiosas o morales para cumplir con el mandato anticonceptivo de la Ley del Cuidado de Salud Asequible.
"Hoy, por primera vez, la Corte hace totalmente a un lado los derechos e intereses compensatorios en su afán por asegurar los derechos religiosos hasta el enésimo grado", e