El miércoles 2 de noviembre, el coordinador de la Campaña Reglas Mandela por la Defensoría General de la Nación, Juan Ignacio Pérez Curci, junto al subsecretario de Responsabilidad Penal Juvenil de la provincia de Buenos Aires, Felipe Granillo Fernández, y a Marina Chiantaretto, coordinadora del Equipo de Trabajo de Niños, Adolescentes y Jóvenes Privados de Libertad de la Procuración Penitenciaria de la Nación, dieron una charla sobre las Reglas Mandela en el Centro Cerrado “Carlos Ibarra”, ubicado en el complejo Villa Nueva Esperanza de Abasto, La Plata.
La actividad, planeada por el Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia, estuvo destinada a los jóvenes que se encuentran allí privados de su libertad y al personal de la institución.
En la mesa de presentación, Granillo Fernández destacó que se propuso que en la actividad participen no solo los directores de los centros y el personal jerárquico, sino también los jóvenes alojados “para que conozcan cuáles son sus derechos. Son los derechos que tenemos y que tienen los chicos que están con nosotros en el sistema, son las reglas que nos indican qué tenemos que respetar”.
Juan Ignacio Pérez Curci, a su turno, detalló que en el ámbito nacional se está trabajando en los programas “Probemos Hablando” y “Concordia”, en los que se capacita a jóvenes adultos y a personal del servicio penitenciario para que puedan resolver los conflictos que se suscitan entre los internos. Ambos programas buscan tornar operativa la recomendación 38 de las Reglas Mandela, en la que se alienta a los establecimientos penitenciarios a utilizar “la prevención de conflictos, la mediación o cualquier otro mecanismo alternativo de solución de controversias para evitar las faltas disciplinarias y resolver conflictos”.
Por su parte, Marina Chiantaretto de la PPN, explicó la importancia de que los jóvenes tengan acceso a un teléfono “para que puedan comunicarse en un ámbito de privacidad, puedan expresarse y denunciar los malos tratos. Es una manera de que los chicos tengan confianza en hacer denuncias o en demandar”. De esa forma se refirió a las recomendaciones 58 y 61 de las Reglas, donde se hace hincapié en el contacto de los internos con el mundo exterior, tanto respecto de su familia y amigos como en referencia a la necesidad de que se les faciliten “oportunidades, tiempo e instalaciones para recibir visitas de asesores jurídicos, sin demora, interferencia ni censura y en forma confidencial”.
Las Reglas Mandela describen una serie de principios fundamentales que incluyen el respeto a la dignidad humana y la prohibición inderogable de la tortura y cualquier trato cruel, inhumano o degradante. Si bien no son de cumplimiento obligatorio para los Estados, sí se constituyen como estándares básicos que deben guiar toda aplicación de políticas penitenciarias en cualquier país del mundo.