Un año y cinco meses de prisión preventiva.
Esa es exactamente la cantidad de tiempo que Raúl Roberto Cardozo Subia, un ciudadano boliviano con discapacidad psicosocial, estuvo preso acusado de tentativa de contrabando de estupefacientes con fines de comercialización. Más de quinientos días que ayer terminaron cuando el Tribunal Oral en lo Federal Criminal 1 de Salta lo absolvió por considerar que actuó sin dolo.
Para esto fue clave que la defensora pública oficial Clarisa Galán -junto con el equipo interdisciplinario de la jurisdicción de Salta y el Cuerpo de Peritos y Consultores Técnicos de la Defensoría General de la Nación (DGN)- lograra probar que Cardozo Subía no podía conocer que transportaba sustancias ilegales y que ni siquiera comprende el valor de sus actos.
Cardozo Subia es un jornalero analfabeto, nacido en Tarija, Bolivia que se desempeñaba como "bagayero"; es decir, se ganaba la vida cruzando en una "chalana" (bote) el río Bermejo para trasladar bultos a cambio de un pago “a voluntad”. En ese contexto informal y precarizado, el 1 de marzo de 2019, fue "contratado" para cargar un bulto a fin de transportarlo desde Bermejo -Bolivia- hacia la localidad de Aguas Blancas. Un control de Gendarmería lo paró y, entre las distintas cajas y bolsas de mercaderías de bazar, encontró una caja cerrada con 5 kilos de cocaína. Aunque siempre argumentó que no conocía el contenido de la carga y señaló a las personas que se la habían dado, una de las cuales estaba en ese momento con él, Cardozo Subia fue detenido, acusado, indagado, procesado en el Juzgado Federal de Orán y enviado a prisión preventiva en el Complejo Penitenciario Federal de General Güemes.
En el juicio oral, la defensora Galán demostró que la discapacidad psicosocial del acusado -retraso mental moderado- le impidió y le impide comprender el valor de sus actos. Esa situación era conocida por los operadores de la administración de justicia, ya que la defensa agregó un certificado que daba cuenta de un retraso mental, y venía indicando los problemas de salud mental desde su primera declaración. Una vez elevada la causa a juicio, a instancias de la defensa, se practicaron una batería de test psicológicos, dos juntas médicas realizadas por los peritos de la DGN y otra por profesionales del Hospital Psiquiátrico Miguel Ragone que corroboraban lo dicho. Además, se practicó un completo informe socioambiental, determinando la extrema vulnerabilidad psicosocial del acusado.
Sin embargo, Cardozo Subia terminó procesado. No sólo eso: sino que durante el proceso se violaron las normas nacionales e internacionales que protegen los derechos de las personas con discapacidad ya que Cardozo nunca recibió ningún tipo de apoyo o ajustes razonables en la cárcel a pesar de su discapacidad.
Hoy Cardozo Subia finalmente ha sido absuelto, pero su situación sigue siendo de extrema vulnerabilidad. Por eso, desde que terminó el juicio, el equipo de la defensoría pública federal se encuentra realizando gestiones ante el Consulado de Bolivia para que se le brinde el apoyo que precisa y para acompañarlo en el regreso a su lugar de origen, donde lo esperan sus hijos.